¿Cómo es que tantos creyentes se estancan a la hora de entrar en una relación con Dios Padre? En lugar de disfrutar del amor, la compasión y el deleite infinitos del Padre, parecemos vacilar, como niños huérfanos que no están seguros de un lugar al que llamar hogar. Neal rompe los obstáculos que nos impiden crecer en esta relación fundamental. Él rompe el miedo y el distanciamiento en su gozosa exploración de la promesa de Jesús de mostrarnos a su Padre, y al nuestro.